Rodeado de valles y montañas verdes, en medio de un entorno natural privilegiado en el que confluyen las aguas del Avia y el Miño, el Conjunto Histórico-Artístico de Ribadavia, reconocido como tal en el año 1947, encierra una judería de fuerte resonancia medieval, testimonio de la existencia de una comunidad donde el rito hebraico pervivió mucho tiempo después de la expulsión de 1492, dando lugar a uno de los procesos inquisitoriales más famosos del siglo XVII. Junto al a evocación constante de su pasado judío, a través de la representación de su pasado judío, a través de la representación de El malsín, o de la recreación de la boda hebrea, el itinerario por el barrio judío de Ribadavia permite recorrer unas calles llenas de sabor y de historia, salpicadas por la presencia de palacios e iglesias románicas y con parada obligatoria en los hornos y tahonas donde se elaboran los dulces de acuerdo con las viejas recetas sefarditas.

En la Edad Media la villa de Ribadavia fue una ciudad rica, con peso político y económico al que no fueron ajenos los comerciantes judíos, que apoyó su economía en el comercio del vino de Ribeiro abasteciendo los reinos peninsulares y exportándolo a Italia, Países Bajos, Alemania, Irlanda e Inglaterra en el marco de una judería próspera. De aquel célebre pasado perviven los prestigiosos vinos de Ribeiro y una conciencia local de recuperar su pasado judío que se refleja en sus bodegas, tabernas y tahonas de la villa y, de una manera muy especial, en la celebración anual de la Festa da Istoria.

Con comprobados asentamientos anteriores celtas y romanos, el burgo in rippa Avie, es decir, Ribadavia, surge como núcleo relevante de población en el siglo XI, y se construye entre 1065 y 1071, con el rey García I, en capital del reino de Galicia. La llegada de Don García produjo un efecto inmediato de expansión en Ribadavia, que pasó a extenderse de manera importante en la margen derecha del río Avia, constituyendo el núcleo de lo que hoy es la villa. El asentamiento real en la ciudad y su situación estratégica de Ribadavia seguramente atrajo a buena cantidad de hebreos que habrían ido llegando, de manera aislada, al reclamo de magníficas posibilidades para sus negocios. La importancia del reino de Galicia fue grande en la época, con unas fronteras que se extendían más allá del río Duero, e incluso con poder de vasallaje sobre el reino musulmán de Badajoz.

El despegue demográfico y económico de Ribadavia, sin embargo, no se produce hasta el siglo XII, doblemente relacionado con la comercialización del vino de ribeiro por el norte de España y con la fundación de los grandes monasterios de San Clodio Melón y Oseira, y gracias al Foro Real de 1164 que le concede Fernando II a la villa. En 1375, por concesión de Enrique II de Trastámara, Pedro Ruiz Sarmiento inicia el señorío de Ribadavia, que se convierte en sede del Adelantado Mayor del Reino de Galicia, comenzando así una larga historia compartida entre la villa y la casa de los Sarmiento, ascendida a Condado (y por lo tanto Ribadavia a villa condal) en 1476, como reconocimiento de los Reyes Católicos a la labor de Bernardino Pérez Sarmiento en la empresa de la Reconquista.

La primera aparición documental de la presencia judía en Ribadavia no llega hasta 1386 en la Crónica de Froissart, recopilada por el barón Kervyn de Lettenhove, donde se recoge el relato de la toma de Ribadavia, por parte de los ingleses del duque de Lancaster. Es en este año de 1386 cuando Froissard narra que, tras su invasión a Galicia, las tropas del Duque de Lancaster apenas encontraron resistencia, mientras apuntaba que en villas como Ribadavia, cristianos y judíos combatieron juntos. El cronista afirma que tras superar su resistencia y entrar en la villa ribadaviense, los saqueadores cobraron un gran botín de oro y plata en las casas de los judíos en especial, y asegurando que en la villa había más de quinza cens judíos (es decir, 1.500 hebreos). Esta cifra ha sido muchas veces discutida por seguramente exagerada.

Tras su presencia en la Crónica, las noticias sobre la comunidad judía de Ribadavia desaparecen hasta el siglo XV, cuando aumenta ligeramente la documentación conservada. Se sabe que en Ribadavia el número de familias giró en torno a las trece en 1464; siete en 1472 y 1474; once en 1479 y cuatro en 1482. A estos resultados habría que sumar las personas no sujetas a tributación pero, a pesar de ello, sólo se puede afirmar que, en el siglo XV, la de Ribadavia fue una pequeña comunidad, similar a la mayoría de las que se ubicaron en Galicia.

La comunidad judía en Ribadavia se agrupó en una zona que ocupó parte de calles, plazas y travesías, desde la parte Oeste de la muralla, alrededor de la Porta Nova. Pese a la gran extensión de esta judería, aún había hebreos que convivían en buena vecindad en barrios cristianos, de la misma manera que otros cristianos residían en la judería. Un alto porcentaje de los judíos de Ribadavia vivió en una de las principales calles de la villa, la que parte desde la Praza Mayor hasta la iglesia de la Magdalena, y que se denominó hasta el siglo XVI rúa da Xudaría. Posteriormente cambió su nombre por el de calle de la Cruz. Sin embargo en la documentación, hasta bien entrado el siglo XIX, cuando se menciona la calle de la Cruz siempre se cita, seguidamente el nombre antiguo, rúa da Xudaría, lo que permite suponer que la calle sería más conocida por el segundo nombre que por el primero. En la actualidad mantiene el mismo trazado y ha recuperado su nombre tradicional.

En este ámbito eminentemente urbano desarrollaron su vida los judíos de los que se tiene noticia. Además de a las transacciones comerciales y a los oficios artesanales, la presencia de los judíos aparece vinculada con asiduidad a las actividades del Señorío. Con don Diego Pérez Sarmiento, señor de Ribadavia, conde de Santa María de Ortigueira y Adelantado de Galicia, aparecen relacionados dos ilustres judíos de la época: un tal Salomó físico, su médico personal, al que menciona en su testamento, y Abraham de León, recaudador real de las alcabalas del vino en Ourense y Ribadavia. De Abraham de León sabemos que los primeros años de su vida profesional los pasó en Ourense pero, entre 1438 y 1444 se trasladó a Ribadavia, donde en 1453 obtuvo la categoría de vecino. Aquí ejerció como recaudador, encargado de recibir el dinero procedente de las rentas, y como mayordomo de don Diego Pérez Sarmiento, I conde de Santa Marta de Ortigueira y padre del futuro conde de Ribadavia. En su calidad de mayordomo fue el encargado de todo lo relacionado con los aspectos económicos y financieros de la casa.

Relacionado con Abrahán de León se registra en numerosas ocasiones la figura de un Judá Pérez. Este nombre aparece desde el año 1423 hasta 1488 excepto en el intervalo comprendido entre 1456 y 1476, lo que seguramente confirma la existencia de dos personas diferentes con el mismo nombre. El primero desde el año 1423 hasta 1456 y el segundo desde 1476 hasta 1488. Es necesario destacar que este último Judá reaparecerá de nuevo en el año 1497 convertido al cristianismo.

Del primer Judá Pérez (1423-1456) se sabe que fue vecino de Astorga (León), que estuvo casado y que fue padre de, al menos, dos hijos: Diego López, cuyo nombre cristiano es un claro indicativo de su condición de converso, y Abraham Pérez. Así mismo, debió gozar de una buena situación económica, ya que contó con diferentes personas que desarrollaron para él actividades de carácter administrativo y económico. Profesionalmente, simultaneó la recaudación de impuestos en Ourense con la de contador o encargado de controlar los ingresos y los gastos, organizar el cobro de las rentas y de ordenar los pagos a realizar para don Diego Pérez Sarmiento.

De la vida privada del segundo Judá Pérez (1476-1488, 1497), el hecho más significativo es su conversión al cristianismo. Ésta puede deducirse de un documento fechado el 15 de diciembre de 1497 en el que se menciona a un Luys Alonso que antes se llamaba Yuda Peres. Su vida profesional estuvo relacionada con la figura de don Bernardino Pérez Sarmiento, I conde de Ribadavia, para el que ejerció como recaudador y mayordomo. Esta última actividad se encuentra ampliamente documentada en el Libro de rentas del condado de Ribadavia correspondientes a los años 1477 y 1478 dadas por Judá Pérez, mayordomo de don Bernardino Pérez Sarmiento, conde de Ribadavia, en el que se recogen los ingresos y los gastos de la casa condal en los años 1477 y 1478, así como la responsabilidad de Judá Pérez dentro de la casa, especialmente importante ante la ausencia generalizada del conde de tierras gallegas. Antes del año 1488 abandonó esta actividad debido, quizá, a la pena de excomunión que la Iglesia impuso a don Bernardino, a Judá Pérez y a otros personajes, probablemente, por los daños económicos y territoriales que le habían ocasionado. Aunque los tribunales judíos tenían autoridad para juzgar a los miembros de la comunidad, las autoridades civiles y eclesiásticas cristianas podían ordenarles imponer o hacer cumplir un herem cuando se trataba de asuntos monetarios.

Al abandonar la mayordomía de la casa condal de Ribadavia se hizo cargo de la misma su hermano Moshé Pérez quien mantuvo unas difíciles relaciones con el conde. El enfrentamiento entre ambos se produjo por el intento de don Bernardino de despojarle de parte de sus posesiones y de sus fuentes de ingresos. Moshé pidió protección a la reina Isabel, quien, como primera medida, ordenó que le restituyesen sus propiedades hasta que se celebrase el juicio.

Tras la expulsión de 1492, muchos de los judíos que habitaban en Ribadavia se convirtieron al cristianismo y así mantuvieron sus bienes, además de ser considerados conciudadanos de pleno derecho. Algunos mantuvieron el culto judío en secreto, como muestra los famosos hechos de malsín en el año 1606. Tanto cristianos como judíos contribuyeron a la sólida pujanza económica de toda la comarca, que llegó a su cota más alta en los siglos XV y XVII, siempre tomando como base la comercialización del vino, del cual la aljama fue más propietaria que cultivadora directa. Además de comerciantes, los judíos ejercieron oficios artesanos, siendo los más comunes los de zapatero, sastre, herrero, guarnicionero, platero, etc. Los que no quisieron abjurar de su religión se asentaron provisionalmente en la cercana Portugal, regresando a Ribadavia cuando las persecuciones se calmaron, pero huyendo periódicamente a tierras lusas durante los periodos en que los representantes de la inquisición realizaban sus inspecciones por la comarca del Ribeiro.

A Tafona da Herminia

La Tafona da Herminia

En la Tafona da Herminia, Herminia hornea pastas típicas hebraicas según la receta tradicional: Bocadiños de améndoas, kamisch-broit (elaborados con nueces o amendras), mamul (con frutos secos, pétalos de amapola y agua de azahar), ma'amul (crema de dátiles y agua de rosas), ghorayebah (harina integral de avellana), mostachudos (nueces y clavo de olor), bocadiños de dátiles (dátiles y nueces), kupferlin (harina integral de almendra), kijelej de mon (semillas de amapola), masiñas de mapoulas (semillas de amapola y esencia de vainilla) y cardamomo (almendras y cardamomo) son sus principales especialidades, junto con ricas rosquillas que reproducen estrellas de David y otros detalles.

Algunos de los ingredientes llegan importados directamente desde Israel. Herminia explica que los visitantes que llegan a su tahona desde toda Europa reconocen que hoy por hoy es el único establecimiento donde han podido encontrarse con ciertas especialidades de galletas elaboradas según la receta típica hebraica.

Hace ya algunos años, con motivo de la Festa da Istoria, Herminia se animó a elaborarlas y, vista la buena acogida las gentes del pueblo y los visitantes, se decidió a elaborarlas de manera continuada, hasta hoy.

Antigua sinagoga

Posible ubicación de la casa de la sinagoga de Ribadavia

En la rúa da Xudería está documentada la existencia de la sinagoga de la aljama, que algunos autores, como María Gloria de Antonio Rubio en su libro Judíos y Inquisición en Ribadavia, identifican en la esquina de las actuales calles de Merelles caula y San Martiño, sin bien otros como José Ramón Estévez, la sitúan más adelante, en la plaza de la Magdalena.

La sinagoga fue llamada en el caso concreto de Ribadavia Torá. La sustitución del término sinagoga por Torá probablemente sea debido a que este último era el nombre del texto que se leía durante las ceremonias religiosas realizadas en ella. Para precisar su ubicación exacta dentro del barrio judío es necesario recurrir a la documentación sobre la venta de una casa que antes fueron dos en la calle de la Cruz o rúa da Xudería, y forma esquina a la izquierda bajando de esta calle a la de San Martin.

En ese documento de compraventa, al hablar de las lindes de la propiedad, se menciona una casa que hacía esquina entre la calle de San Martín y la de la Judería y otra que estaba pegada a la antecedente por la parte de arriba. De esta última se dice que fue torá de los judíos en el tiempo que solían vivir en la dicha villa. Según esta noticia histórica, la sinagoga de Ribadavia estuvo situada en la casa más próxima a la Praza Mayor de las dos que formaban la esquina entre la calle de San Martín y la calle de la Judería, bajando hacia la iglesia de la Magdalena en el lado izquierdo de la calle.

La sinagoga

La sinagoga (lugar de reunión, en griego) es el templo judío. Está orientada hacia Jerusalén, la Ciudad Santa, y en ella tienen lugar las ceremonias religiosas, la oración comunal, el estudio y el encuentro.

En las ceremonias se lee la Torá. El oficio está dirigido por los rabinos ayudados por el cohen o niño cantor. La sinagoga no es sólo casa de oración, sino también centro de instrucción, ya que en ellas suelen funcionar las escuelas talmúdicas.

Los hombres y las mujeres de época medieval, y también hoy en día, se sientan en zonas separadas.

En el interior de la sinagoga se encuentra:

  1. El Hejal, armario situado en el muro este, orientado hacia Jerusalén, en su interior se guarda el SeferTorá, los rollos de la Torá, la ley sagrada judía.
  2. El Ner Tamid, la llama perpetua siempre encendida ante el Hejal.
  3. La menorá, candelabro de siete brazos, signo habitual en el culto.
  4. La Bimá, lugar desde donde se lee la Torá.

Biblia Kennicot

Iluminación de la Biblia Kennicot

En una de sus salas, el Centro de Información Judía de Galicia ha habilitado un sistema digital para poder consultar, página a página, la célebre Biblia Kennicot, el manuscrito judío de tema religioso más importante de toda la Edad Media en Galicia, y cuyo original se conserva en Oxford.

Fechada en La Coruña en 1476, consta de 922 páginas escritas en el primoroso hebreo de Moshé ibn Zabarah, 238 de ellas bellamente iluminadas por Josef ibn Hayyim, y en 1771 fue adquirida en Inglaterra por Benjamin Kennicot, quien le dio su nombre.

La Torá (La Ley)

Es el objeto ceremonial más importante que relata la historia del pueblo judío. La Torá difunde la Ley escrita en hebreo arcaico de los cinco primeros Libros de la Biblia (el Pentateuco): Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

El rollo, formado de grandes trozos de pergamino cosidos juntos, puede llegar a una altura de hasta 80 cm. Está montado en dos varas de madera para enrollarlo, levantarlo y portarlo. En la costumbre askenasí las manillas de estas varas están cubiertas generalmente por coronas o remates de algún metal fino. La Torá está atada con una faja, lisa o bordada, que se desata solamente cuando se lee en público, y está protegida por una funda, por lo general bordada. Un pectoral, recuerdo del que usaba el Sumo Sacerdote, cuelga desde las manillas sobre la funda. En las comunidades sefardíes el rollo de la Torá se coloca en una caja cilíndrica, barnizada y decorada, y por lo general envuelta con una faja. La mayoría de las cajas son de madera, pero existen también modelos en plata y en oro. A su vez, esta caja se guarda dentro del Arca.

El rollo de la Torá es tratado con la máxima reverencia aunque, por supuesto, no es adorado. No debe ser dejado caer, ni debe ser llevado a un lugar impuro. El pergamino del rollo de la Torá no se toca excepto cuando es absolutamente necesario. El lector se ayuda de un puntero de madera o de plata que tiene en su extremo una mano con el índice extendido.

Las sinagogas pueden tener rollos adicionales; los más comunes son El Cantar de los Cantares, Rut, Eclesiastés y Ester, que se leen públicamente en las festividades del Pésaj, Shavuot(Pentecostés), Sucot y Purim, respectivamente.

El rollo que más comúnmente se encuentra después de la Torá es el de Ester, que cuenta el relato de Purim. Dado que no menciona el nombre de Dios, es de menor santidad que los demás rollos y se encuentra en muchos hogares. Se lo mantiene en una caja hecha de madera, plata u otros materiales.

Casa Consistorial

Casa Consistorial

Frente al palacio de los Condes, se levanta el conjunto de la Casa Consistorial, construida entre los años 1545-1555 para alhóndiga y lugar de reunión del Consejo de la villa. La torre luce un bello campanario de hierro forjado, además de su reloj de sol, del siglo XVIII, su reloj de cuerda, del XIX, y la representación del viejo escudo de la villa, que recuerda que la fama de Ribadavia volaba por todo el mundo, debido a la comercialización de sus vinos en toda Europa y el nuevo mundo entre los siglos X y XVIII.

En el siglo XIX se renueva la fachada y se cubren los soportales, conservándose hoy, del antiguo edificio, la torre que está formada por 3 cuerpos superpuestos posee los escudos antiguos de la villa y el reloj de cuerda del año 1902. Destaca también el artístico campanario de hierro labrado.

En la casa consistorial fueron redactadas las ordenanzas vinícolas de Ribadavia, en el siglo XVI, precursoras en España de las actuales denominación de origen vinícolas, y reconocidas por la WIPO como la más antigua Denominación de Origen vitivinícola de España.

Casa de la Inquisición

La casa de la Inquisición

En la esquina de la calle de Jerusalén con la de San Martiño, se localiza la casa de la Inquisición, un palacio fortificado del siglo XVI con un bello patio renacentista en su interior, que luce en su fachada, sobre la puerta, los escudos de los familiares del Santo Oficio que aquí se establecieron, como los Puga, los García Gamba, los Baamonde y los Mosquera-Sandoval, además del propio escudo de la Inquisición, con la cruz convertida en espada.

El caso de los criptojudíos de Ribadavia es uno de los que mejor ilustra la resistencia de muchos hebreos españoles a la expulsión de 1492, dando lugar al fenómeno de los conversos, que agitó a la sociedad española de los siglos XVI y XVII.

El malsín

Las primeras visitas de la Inquisición a Ribadavia se producen en 1595, un siglo más tarde del decreto de expulsión de los Reyes Católicos y poco después se produce el proceso del abogado Jerónimo Rodríguez. Sin embargo, el caso que hizo famosa a Ribadavia con respecto a sus conversos judaizantes fue el célebre proceso de El malsín, nombre con el que tradicionalmente se conoció al cristiano nuevo Xerónimo Bautista de Mena, quien entregó al Santo Oficio, en 1606, una lista con doscientas personas acusadas de seguir practicando la ley de Moisés a pesar de estar bautizados como cristianos, empezando por su propia madre, Ana Méndez, y por sus hermanos y cuñados. Entre los denunciados se encontraban corregidores, alguaciles, estudiantes, médicos, abogados o comerciantes.

En 1607 se practicaron la mayoría de detenciones, ya que muchos de los denunciados escaparon en 1606 y ese mismo año Xerónimo Bautista de Mena, el acusador, apareció asesinado en una calle de Ribadavia, sin que se llegara a conocer nunca a los culpables.

En 1608 se celebró en Santiago un gran auto de fe con 28 acusados de Ribadavia, y fueron quemados en la hoguera Felipe Álvarez y su hijo Antonio Méndez, y en 1609 se celebró un nuevo auto con siete reos más procedentes de la villa. Sin embargo, al final las investigaciones del Santo Oficio hicieron que las sospechas recayeran finalmente sobre el propio acusador, y se llegó a desenterrar su cuerpo y a quemar sus huesos por herejía en 1610.

Castillo de los condes de Ribadavia

Castillo de los condes de Ribadavia

Sin lugar a dudas el castillo de los condes de Ribadavia jugó un papel decisivo en la historia de Galicia pues fue una de sus mayores fortalezas medievales. El castillo representa aún con gallardía, a pesar del paso de los siglos, una parte fundamental de la historia de la villa. Levantado sobre las anteriores iglesia y torre de San Xés, como recuerda la necrópolis que se incluye en el conjunto, datada entre los siglos IX y XII, el castillo se construyó en el siglo XV como símbolo del poder de los Sarmiento, señores de Ribadavia.

Desde el mirador de la chimenea se puede ver al sur la desembocadura del río Avia en el Miño, al oeste, en la parte superior, el magnífico conjunto monumental de San Domingos de los siglos XIII-XV-XIX, y al Norte una panorámica de la villa con el amplio valle del Avia.

Con la última restauración llevada a cabo, el castillo ha abierto nuevos espacios que enseñan la organización interna, los diferentes niveles de construcción para defensa y disfrute que la fortaleza poseía, destacando los restos de la antigua torre de San Xés, el depósito de agua o estanque, las bodegas y restos de la huerta y jardín.

El escudo de los trece roeles, repartido por toda la población, es el mejor testimonio del vínculo secular entre los señores de Ribadavia y la villa, cuyo símbolo mayor deja de ser el castillo a partir del siglo XVII, cuando la casa se traslada al palacio de la Praza Mayor.

Centro de Información Xudía de Galicia

Centro de Información Xudía de Galicia, en la Praza Mayor

En la Praza Mayor se levanta el pazo de los Condes de Ribadavia, un bello edificio del siglo XVII en el que hoy conviven la Oficina de Turismo donde se ofrece información sobre la villa y su comarca, el Centro de Información Xudía de Galicia y el Juzgado. El palacio, que luce en su portada el gran blasón familiar de los Sarmiento, se articula alrededor de dos patios, y en su rehabilitación ha incorporado a su rico patrimonio arquitectónico elementos nuevos relacionados con su función como centro de interpretación sobre el mundo hebraico, entre ellos una fuente de canaliza el agua de la lluvia y evoca su utilización para el baño ritual de los judíos o micvé .

El Centro de Información Xudía de Galicia, situado en el piso superior de la Oficina de Turismo, muestra algunas piezas interesantes, como el traje de boda judío que se utiliza en la Festa da Istoria, la menorá grabada en una piedra de la catedral de Tui, la reproducción de los sambenitos con la cruz de San Andrés que se colgaban en los muros de las iglesias o la lápida sepulcral de los siglos X-XI de La Coruña, que acompañan a una serie de paneles que muestran la historia y las principales singularidades de las comunidades hebraicas gallegas.

La Festa da Istoria

La Festa da Istoria, declarada de Interés Turístico Nacional, se celebra durante el último fin de semana de agosto de manera multitudinaria, siguiendo una tradición que se remonta a 1693, interrumpida únicamente entre 1868 y 1989.

La representación de la boda judía, junto con la interpretación de la obra de teatro El malsín, inspirada en la persecución de los judaizantes, es uno de sus platos fuertes. El pueblo se convierte en una auténtica villa medieval: Lugareños y visitantes se visten con trajes de época para participar en juegos, concursos culinarios y actividades ensayadas los meses anteriores: el baile medieval, el torneo, la boda judía, el ajedrez viviente, y muchas otras. Es una celebración arraigada de tal manera en el pueblo que con dos o tres meses de antelación una gran parte del vecindario participa en la confección de los vestidos de época, estandartes, escudos y complementos.

Tras cambiar euros por maravedíes en el banco de la Alhóndiga, centenares de vecinos y visitantes ataviados a la usanza medieval, entran en el túnel del tiempo para regresar a una Edad Media en la que los judíos tuvieron un fuerte protagonismo en la villa.

El barrio xudeu

Vista general de Ribadavia

Del barrio xudeu de Ribadavia todavía persiste el trazado medieval de sus largas y estrechas rúas, sus rincones de calles y plazas, porticadas por los voladizos, y patios rodeados de fachadas por los que no parece haber pasado el tiempo.

Cuando el Rey don García I escogió Ribadavia como capital del Reino de Galicia (1063-1065), debieron llegar los primeros judíos a Ribadavia, aunque se puede decir que la judería se formó en torno a los siglos XII y XIII beneficiada tanto por la instalación de judíos desde el siglo X en la vecina tierras de Celanova como por la existencia de un potente grupo de mercaderes en Ribadavia desde la concesión del Foro Real por parte de Fernando II en 1164. Muchos judíos se encargaban de la gestión de asuntos financieros del Señorío y posteriormente del condado de Ribadavia, especializándose en la administración de bienes y rentas y en diversos oficios artesanales. También destacaron como mercaderes de vino.

La judería se extiende entre la praza Maior y la muralla medieval. Su centro se situaba alrededor de la rúa da Xudería, que une la Praza Mayor con la praza da Madalena. Como una continuidad de los edificios, ya sea por las calles o por los soportales, la piedra es así el elemento siempre presente en esta judería. Los mercados judíos se ubicaban en los bajos de las casas que evitaban así la entrada del sol para comodidad de los clientes y para preservar los alimentos. Los balcones se proyectan hacia la calle en prominentes salientes para proteger a los bajos de la lluvia; además, colocaban delante de sus propias puertas enlosados de piedra a modo de plataformas, elevadas unos centímetros sobre el nivel de la calzada, para que la humedad del suelo no penetrara en sus locales.

Prosperidad en torno al vino

En 1550 el licenciado Molina, en su Descripción del Reyno de Galicia, bautizó a Ribadavia como la madre del vino en quilate subido. La prosperidad de la población desde el siglo X (cuando comenzó a surtir a Santiago antes las necesidades del Camino) hasta el XVIII (cuando el mercado inglés abandona el ribeiro para pasarse al oporto portugués) está en su mayor parte relacionada con el vino. Si los conventos y las casas nobiliarias estuvieron fuertemente implicados en su producción, los judíos tuvieron un papel relevante en su comercialización, que a partir del siglo XIV se extendió por Francia, Alemania, Flandes, Inglaterra o Italia. Además de comercializar el vino, los judíos tuvieron sus propias viñas y elaboraron a partir de sus uvas el vino cásher necesario para sus ceremonias.

Debido a su importancia en toda Europa, el vino del Ribeiro está documentado como el primer vino que llegó a América según se recoge en el testamento de Colón.

Iglesia de San Xoan

Iglesia de San Xoan

La iglesia de San Xoan, del siglo XII, levantada por la Orden de San Juan de Jerusalén en estilo románico, luce entre su abundante decoración una simbólica estrella de Salomón, como homenaje del Nuevo Testamento a su propio origen en los elementos del Antiguo Testamento.

Los Caballeros de la Orden establecieron un hospital para atender a los numerosos peregrinos que, en aquellos tiempos, siguiendo el camino de desde Braga (Portugal) se dirigían a visitar el sepulcro del Apóstol Santiago. Parte del edificio del antiguo hospital funcionó hasta el siglo XVI. La rectoral, que se encuentra pegada a la iglesia por la parte de atrás, posee un arco de entrada en el que se puede ver la cruz labrada de 8 puntas (símbolo de la orden).

Iglesia de Santiago

La iglesia de Santiago

En la calle de Santiago, además del obrador de repostería de As Nisas, especializado en almendrados, melindres y dulces hebreos, se encuentra la iglesia de Santiago, un bello ejemplo del románico gallego del siglo XII en transición al gótico, con torre barroca, que fue la parroquia más antigua de Ribadavia. Destaca todo el edificio por la riqueza decorativa y artística que posee, así como los arcos y la fachada de nobles proporciones con un hermoso rosetón de 24 huecos.

En su interior se pueden ver numerosas imágenes barrocas de gran valor artístico, siendo de especial importancia un Santiago sedente de piedra del siglo XIV de la escuela del maestro Mateo.

Mirador del Avia

Panorama desde el mirador del río Ávia

Desda la medieval Praza de García Boente se accede a la parte trasera del Museo Etnolóxico desde donde se contempla un hermoso paisaje del Avia y su paseo fluvial, junto con el Ponte do Burgo, del siglo XII-XIX, el convento de San Francisco del año 1610 y el Ponte de Ferro del siglo XIX.

Museo Etnolóxico de Ribadavia. Pazo de los Baamonde

Museo Etnolóxico de Ribadavia

Es el único museo de esta temática de titularidad estatal y gestionado por la Xunta en Galicia. Se ubica en el antiguo pazo de los Marqueses de Baamonde y combina la remodelación de los espacios y colecciones con el montaje de muestras y exposiciones, paro lo que cuenta con la colaboración de la Asociación de Amigos do Museo Etnolóxico e Conxunto Histórico de Ribadavia. Posee un importante fondo documental, colecciones etnográficas de la provincia de Ourense; incluida la temática vitivinícola y una relevante biblioteca especializada en el campo etnohistórico y antropológico.

Pazo de los condes de Ribadavia

Pazo de los condes de Ribadavia, en la Praza Mayor

El pazo barroco de los condes de Ribadavia perteneció a la familia Sarmiento, que se estableció en esta villa al serle concedido el señorío de Ribadavia y el título de Adelantados Mayores del Reino de Galicia en 1375 por el rey Enrique II. Los Samiento consiguieron de los Reyes Católicos el título de Condes de Ribadavia en 1476, título que se perdió en 1934 al fallecer el XVIII Conde Don Ignacio Fenández de Henestrosa e Gayosos dos Covos.

El pazo es una hermosa obra barroca de gran belleza, con dos patios, uno de ellos de distribución a diferentes dependencias, y otro porticado. Posee también una balconada artística y un mirador al río Miño. Tiene otros balcones y solanas de una gran hermosura y numerosos escudos de los Sarmiento. También destaca en su interior el pequeño edificio abovedado del antiguo archivo de los condes de Ribadavia.

Actualmente acoge la oficina de turismo, más el Centro de interpretación judía de Galicia, con una exposición permanente donde el visitante puede comprender la historia de los judíos gallegos desde su expulsión.

Plaza de la Magdalena

La plaza de la Magdalena

La rúa da Xudería se ensancha para dar paso a los soportales de la praza de la Magdalena, cruce de caminos donde confluyen también las calles de la Porta Nova de Arriba, San Martiño y Santiago, además de la vecina plaza de Buxán. La iglesia de la Magdalena, del siglo XVIII, da nombre a esta plaza situada en el corazón del barrio judío, ocupando el lugar donde antes estuvo la iglesia de San Xés, en el siglo XII, después de abandonar el entorno del castillo de Ribadavia. Actualmente desacralizada, supone un bello espacio para la celebración de eventos y actos culturales.

Porta Nova

La Porta Nova

Al final de la calle de la Porta Nova de Abaixo se abre el arco de la Porta Nova, que conserva parte de su perfil almenado y permite el acceso desde la villa hasta el río Miño, por el camino de la Baixada a Barca. Aquí se establece el límite sur del barrio judío.

Según algunos autores, la muralla ya protegía la villa en el siglo XII, ampliándose entre los siglos XIV y XV. Su demolición se inicio en 1832 y a causa de dificultades económicas jamás se finalizó en su totalidad.

Praza de Buxán

La praza de Buxán

Adosada a la plaza de la Magdalena, la plaza de Buxán forma un amplio mirador asentada sobre la misma muralla. Según se mira hacia el río, a la izquierda, se abre la porta Falsa o Postigo, una de las tres que se conservan de las cinco que hubo en la fortificación medieval, y que pone en comunicación el recinto intramuros con el río Avia y el antiguo molino; las otras dos son la porta Nova, que surge más adelante en el itinerario, y la porta da Cerca, frente a la alameda, en las proximidades del castillo.

Rúa da Porta Nova de Abaixo

Estrella de David en el número 27 de la rúa da Porta Nova de Abaixo

La rúa de la Porta Nova de Abaixo, que discurre en paralelo a la muralla, marcando su adarve, es sin duda una de las más bellas de la judería. En el conjunto rítmico y armónico de las casas que conforman se integran también pequeños azulejos, como el de la casa número 10, que ratifica la filiación sefardita de Ribadavia, o la estrella de David que señala el número 27, en una bella casa popular que muestra el nivel original de la calle y que luce balconada de madera.

Rúa da Porta Nova de Arriba

Rúa da Porta Nova de Arriba

Desde el arco de la Porta Nova, la rúa da Porta Nova de Arriba se interna de nuevo en la judería, sin perder un ápice del sabor cerrado y medieval del conjunto. En el cruce de esta calle con la travesía de Porta Nova se ubica A Tafona da Herminia, un horno especializado en dulcería sefardita, donde no faltan los objetos tradicionales, trabajos de encaje de bolillos ni la conversación de Herminia, la propietaria, una de las más entusiastas defensoras de la tradición hebrea en la villa.

Rúa da Xudería

La rúa da Xudería

También llamada en otros tiempos calle de la Plaza Vieja o calle de la Cruz, como signo de la imposición de la fe cristiana tras la salida de los judíos, la actual rúa da Xudería arranca de la Praza Mayor y constituye el eje central del antiguo barrio hebraico.

El enlosado de la rúa y la preeminencia de las piedras en las casas contribuyen a darle a su recorrido una fuerte impronta medieval, a la que se suman también las tiendas de artesanía, en cuyos escaparates destacan diferentes elementos ornamentales judíos.

Aunque las primeras noticias documentales sobre la existencia de judíos en Ribadavia no aparecen hasta 1386, la tradición relaciona la capitalidad del reino de Galicia, en el siglo XI, con la primera llegada de hebreos a la villa. La judería se debió de constituir alrededor del siglo XII, quizá en torno a la concesión por Fernando II del Fuero Real a la población en 1164. En las obras de Froissard, recopiladas por el barón Kervyn de Lettenhove, se recoge la crónica de la toma de Ribadavia, por parte de los ingleses del duque de Lancaster, en 1386, afirmándose que los saqueadores cobraron un gran botín de oro y plata en las casas de los judíos en especial, y asegurando que en la villa había más de quinza cens judíos (es decir, 1.500 hebreos), lo que sin duda es una exageración, puesto que en Ribadavia nunca llegó a haber más de cincuenta familias judías, lo que equivale a unas doscientas almas. Lo que sí parece cierto es que judíos y cristianos lucharon juntos ante el invasor inglés.

La boda judía

En el entorno de la Judería de Ribadavia y dentro de la Festa da Istoria, se celebra la conocida Boda Judía. En ella, el magnífico vestido de la novia de la boda xudea se inspira en el traje nupcial conservado por una comunidad sefardita del norte de Marruecos, al igual que los capítulos de la ceremonia se han adaptado de diferentes comunidades procedentes de Sefarad repartidas por Europa y norte de África.

La ceremonia de casamiento se desarrolla bajo un palio nupcial o jupá. El oficiante, generalmente un rabino, pronuncia sobre la pareja siete bendiciones (sheva berajot), y los tres beben a continuación una copa de vino. Tras colocar el novio el anillo de oro en la mano de la novia y pronunciar la fórmula de consagración como su esposa, se lee en público el documento matrimonial o ketubá, firmado por dos testigos, donde constan las obligaciones del hombre y la indemnización que deberá dar a la mujer si se divorcia de ella. Después el novio rompe con un pisotón un vaso colocado a sus pies como símbolo de la destrucción del templo de Jerusalén, y a partir de ese momento se inicia una serie de festejos que, en algunos casos, podría llegar a prolongarse hasta siete días.

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